Sesc Mogi das Cruzes
La nueva unidad del Sesc Mogi das Cruzes será un centro-parque situado entre una avenida arbolada al sur y la Serra do Itapeti al norte.
Las dimensiones del terreno y la geografía del valle permiten que las actividades se desarrollen tanto en el edificio como en los jardines. El planteamiento arquitectónico adoptado aprovecha al máximo la interfaz entre las áreas verdes y las construidas. Una gran explanada recorre el perímetro del terreno, ocupando el desnivel entre la vía principal de acceso y la cota del parque. Este, a su vez, adquiere el carácter de patio o campus, protegido del ruido de la carretera. El edificio principal, ubicado a lo largo del límite este, enmarca la vista hacia la Serra do Itapeti. Con doscientos metros de longitud, el pabellón curvo dialoga con la monumentalidad de la sierra, habitualmente ajena al paisaje urbano. En el Sesc Mogi das Cruzes, la edificación actúa como telón de fondo para que el parque gane protagonismo.
El acceso desde la explanada junto a la carretera prolonga el nivel de la acera desde la esquina de la Rua Rogério Tacola hasta el primer piso del edificio principal. Una heladería/cafetería dinamiza el vestíbulo de la sala de espectáculos, que puede funcionar por la noche con acceso independiente del resto de la unidad. Una gran puerta tipo guillotina permite que la sala de espectáculos se utilice como escenario y caja escénica para eventos al aire libre.
El espacio del parque se cualifica por las terrazas que lo rodean y está organizado por una alameda que divide el jardín en un sector deportivo al norte y otro cultural/educativo al sur. Una colina en el patio del sector cultural ofrece vistas para quienes llegan tarde a los espectáculos al aire libre y resguarda el área de juegos y la biblioteca.
La curvatura del edificio-pabellón resulta del alineamiento paralelo de sus extremos con las calles que delimitan el terreno. Esta inflexión abraza el parque y libera un patio de servicios al oeste, donde se ubicaron los muelles de carga y las torres técnicas. El sutil arqueo de la estructura permite que los visitantes perciban su longitud.
Los pisos del edificio pueden construirse con losas de hormigón y encofrados reutilizables, y su envolvente con paneles termoaislantes industriales sobre una estructura ligera de madera.
Mogi das Cruzes, São Paulo, 2025
Autores:
Denis Joelsons
Miguel Bittencourt Mincache
Sofia Comini
Simon Flatin
Colaboradores:
Christian Almeida Campos
Pedro de Borba Flores
La nueva unidad del Sesc Mogi das Cruzes será un centro-parque situado entre una avenida arbolada al sur y la Serra do Itapeti al norte.
Las dimensiones del terreno y la geografía del valle permiten que las actividades se desarrollen tanto en el edificio como en los jardines. El planteamiento arquitectónico adoptado aprovecha al máximo la interfaz entre las áreas verdes y las construidas. Una gran explanada recorre el perímetro del terreno, ocupando el desnivel entre la vía principal de acceso y la cota del parque. Este, a su vez, adquiere el carácter de patio o campus, protegido del ruido de la carretera. El edificio principal, ubicado a lo largo del límite este, enmarca la vista hacia la Serra do Itapeti. Con doscientos metros de longitud, el pabellón curvo dialoga con la monumentalidad de la sierra, habitualmente ajena al paisaje urbano. En el Sesc Mogi das Cruzes, la edificación actúa como telón de fondo para que el parque gane protagonismo.
El acceso desde la explanada junto a la carretera prolonga el nivel de la acera desde la esquina de la Rua Rogério Tacola hasta el primer piso del edificio principal. Una heladería/cafetería dinamiza el vestíbulo de la sala de espectáculos, que puede funcionar por la noche con acceso independiente del resto de la unidad. Una gran puerta tipo guillotina permite que la sala de espectáculos se utilice como escenario y caja escénica para eventos al aire libre.
El espacio del parque se cualifica por las terrazas que lo rodean y está organizado por una alameda que divide el jardín en un sector deportivo al norte y otro cultural/educativo al sur. Una colina en el patio del sector cultural ofrece vistas para quienes llegan tarde a los espectáculos al aire libre y resguarda el área de juegos y la biblioteca.
La curvatura del edificio-pabellón resulta del alineamiento paralelo de sus extremos con las calles que delimitan el terreno. Esta inflexión abraza el parque y libera un patio de servicios al oeste, donde se ubicaron los muelles de carga y las torres técnicas. El sutil arqueo de la estructura permite que los visitantes perciban su longitud.
Los pisos del edificio pueden construirse con losas de hormigón y encofrados reutilizables, y su envolvente con paneles termoaislantes industriales sobre una estructura ligera de madera.