Sítio Rio Acima
La intervención en Sítio Rio Acima fue concebida como una costura, una unión de dos tiempos diferentes. Durante más de cuarenta años, el lugar fue utilizado por diferentes generaciones de la misma familia. El primer reto fue tratar las preexistencias del lugar –construcciones muy diferentes, desarrolladas en épocas distintas, pero con un valor afectivo para los clientes–, y la región: un barrio situado en el límite urbano de Jundiaí, donde el pasado rural se hace presente en los almacenes, las antiguas chimeneas y otros símbolos arquitectónicos de la ciudad.
Las nuevas construcciones se realizaron en mampostería de ladrillo macizo. Abundante en las alfarerías de los alrededores, el ladrillo lleva la marca de la llegada de las primeras fábricas y estructuras ferroviarias a la ciudad.
Las nuevas construcciones se realizaron en mampostería de ladrillo macizo. Abundante en las alfarerías de los alrededores, el ladrillo lleva la marca de la llegada de las primeras fábricas y estructuras ferroviarias a la ciudad.
Jundiaí, São Paulo, Brasil
Fecha del proyecto: 2019
Fecha de conclusión de la obra: 2022
Área del terreno: 34425 m²
Área construida: 329 m²
Arquitectura: Denis Joelsons
Colaboradores: João Marujo y Paula Reis
Paisajismo: Alexandre Freitas y Leandro Fontana
Proyecto estructural y de cimientos: Alfredo Haydamus
Proyecto de instalaciones: Renan de Sousa
Construcción: Nix Construção, ingenieros Francisco Antônio y Hércules Castagna
Fotografías: Pedro Kok
La intervención en Sítio Rio Acima fue concebida como una costura, una unión de dos tiempos diferentes. Durante más de cuarenta años, el lugar fue utilizado por diferentes generaciones de la misma familia. El primer reto fue tratar las preexistencias del lugar –construcciones muy diferentes, desarrolladas en épocas distintas, pero con un valor afectivo para los clientes–, y la región: un barrio situado en el límite urbano de Jundiaí, donde el pasado rural se hace presente en los almacenes, las antiguas chimeneas y otros símbolos arquitectónicos de la ciudad.
Las nuevas construcciones se realizaron en mampostería de ladrillo macizo. Abundante en las alfarerías de los alrededores, el ladrillo lleva la marca de la llegada de las primeras fábricas y estructuras ferroviarias a la ciudad.
La entrada se encuentra en la parte baja del terreno. Un camino de acceso bordea un pequeño lago y marca los límites de un muro de contención curvo de hormigón. Este muro alberga un espacio para coches y sostiene el rellano de la casa del cuidador.
Subiendo por un camino, se accede a la casa principal en la ladera de la derecha, que es una reformulación de un chalet de madera con tres dormitorios y dos baños.
Se demolió el cuarto de baño de la antigua suite para que el espacio, dividido, pudiera albergar dos dormitorios en la casa existente y dos baños en un anexo en la parte trasera, fuera del cuerpo de la casa. En los cuatro dormitorios las ventanas se sustituyeron por puertas balconeras con persianas, ampliando el espacio de las habitaciones a nuevas verandas cubiertas por pérgolas. La zona de estar fue rediseñada para adaptarla a la nueva capacidad de la casa. Por su parte, la cocina y el comedor fueron redistribuidos al sector social del chalet y se añadió otro salón: un volumen cúbico con techo abovedado.
En el exterior, el volumen de la sala de estar se alinea con la cresta del tejado, mientras que la línea del alero existente se despliega en los muros de hormigón que protegen la estructura de madera. El techo de madera a dos aguas ofrece un contrapunto con la estructura abovedada de mampostería de la sala de estar, bañada de la luz solar que se refleja en la pileta exterior, posicionada entre dos palmeras de Indaiá.