Pescadería Nossa Senhora de Fátima
No hay nada más sugestivo para la reforma de la Pescadería Nossa Senhora de Fátima que la propia estructura del mercado de Pinheiros. La pescadería debe ser imaginada como metonimia del mercado, no como un puesto entre tantos otros. La pescadería es el mercado completo. Le comenté a Alexandre, mi cliente, que en este caso, el trabajo del arquitecto es análogo al del pescadero, un trabajo de limpieza, de eliminación de lo superfluo. La cuestión del proyecto es conciliar las demandas actuales con la potencia original del edificio concebido por Eurico Prado Lopes y Luiz Telles, un «monumento en homenaje a Dorival Caymmi», en palabras de Fabrício Corsaletti.
Pinheiros, São Paulo, 2022
No hay nada más sugestivo para la reforma de la Pescadería Nossa Senhora de Fátima que la propia estructura del mercado de Pinheiros. La pescadería debe ser imaginada como metonimia del mercado, no como un puesto entre tantos otros. La pescadería es el mercado completo. Le comenté a Alexandre, mi cliente, que en este caso, el trabajo del arquitecto es análogo al del pescadero, un trabajo de limpieza, de eliminación de lo superfluo. La cuestión del proyecto es conciliar las demandas actuales con la potencia original del edificio concebido por Eurico Prado Lopes y Luiz Telles, un «monumento en homenaje a Dorival Caymmi», en palabras de Fabrício Corsaletti.
Para restituir la continuidad del techo del mercado y viabilizar la eliminación del falso techo, diseñamos una pieza suspendida a media altura que alberga las puertas enrollables, el sistema de iluminación y la comunicación visual. Las letras, fabricadas en herrería, estarán retroiluminadas y dispuestas contra el fondo blanco de la pieza suspendida. La pintura en azul marino resuena con la azulejería portuguesa que le da identidad a la Pescadería Nossa Senhora de Fátima. La posición de la pieza se estudió para que sea visible en diferentes áreas del mercado y de manera que no obstruya el espejo que permite a los clientes seguir la limpieza del pescado.
Los clientes de la Pescadería Nossa Senhora de Fátima son bastante leales. Lo que la pescadería vende realmente, su diferencial, es la frescura; tanto es así que es habitual que los clientes pidan a los pescaderos que abran algunas ostras mientras esperan la limpieza y el empaque de sus pedidos. Para atraer a nuevos clientes y adoptar la costumbre de la clientela, imaginamos el bar de ostras en un punto estratégico, cerca de uno de los accesos y a la llegada de la escalera interna del mercado. El diseño curvo del mostrador en forma de anzuelo dialoga con la arquitectura original del mercado, al igual que el revestimiento de terrazo que se aplicará en el suelo y en el bar. En lugar de las tradicionales piedrecitas, el terrazo de la pescadería se mezclará con los fragmentos de conchas de mejillones y ostras servidos en el local.